lunes, 22 de mayo de 2017

La mirada de un amigo

Duele ver el alma desgarrada de dolor y sufrimiento de un amigo a través de su mirada transparente, pura, limpia, cristalina como un manantial.
Duele ver su sufrimiento, sus sentimientos.
Duele saber que está y a la vez lo tenemos ausente.
Duele no poder brindarle la mano amiga porque no está entre nuestras posibilidades hacer realidad sus más anhelados sueños, sus deseos.
Duele esa humilde mirada que te hace mil preguntas y no se las puedes responder.
Duele saber que tiene a su progenitora al otro lado del mar y no la puede abrazar, no la puede tener.
Duele la soledad de esa mirada, el brillo de sus lágrimas al brotar y salir gritando al mundo su pesar.
Duele que estés tan lejos y tan cerca a la vez y no podamos darte el abrazo de consuelo.
Duele tanta agonía interna y a la vez tanta paz en tu interior, algo ilógico pero real en un ser como tú.
Dueles, dueles a lo lejos.
Dueles amigo mío y solo puedo dedicarte estas sencillas palabras de cariño.
Dueles pero la vida te regalará muchos momentos de placer espiritual, de realizaciones y bendiciones.
Dueles y Dios lo sabe.
Dueles y por eso el dolor hoy de tu mirada será la calma de mañana.
Dueles y ya no dolerás porque la cura está en que no tienes cargos de conciencia hacia nadie.
Dueles y tu mami lo sabe y el día que ya no esté, te acompañará eternamente para que no duelas más.
Dueles amigo mío, mucho duele tu dulce mirada, y este mortal te abraza en la distancia, y solo el tiempo te consolará y ya no dolerás nunca más.

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