viernes, 26 de mayo de 2017

Lo que no fue

“A veces nos suceden cosas en la vida que no deseamos o esperamos, lo mejor que podemos hacer para superarlo, es resignarnos y aceptarlas”
Hoy, en esta tarde de lluvia, mientras la cruel temperatura acelera los latidos de mi corazón, me hago esclavo del momento y servidor fiel de la añoranza.
Comienza entonces en un cruel gesto e involuntario de mi razón a describir tu imagen, a rebobinar cada recuerdo del pasado,
a disimular con una tonta sonrisa los candentes deseos que tengo de verte, de abrazarte,
de hacerte mía con un minúsculo, pero dulce beso en tus labios, que está de más decirte que me enamoraron, que son el más latente motivo de mi inspiración.
Es entonces cuando la realidad me arranca de golpe todo lo que perdura en mi mente, me asesina suavemente con cada pasaje hermoso de mis días a tu lado, me hace avanzar hacia el pasado y me regresa al futuro inmediato e inaceptado de mi infelicidad.
Cuánta luz trae tu presencia a mi vida, cuán dulce melodía suena en mis oídos al recordar las palabras de amor que me decías.
Cuán cerca te siento, cuán lejos  te marchas, con cuánto dolor te has ido y retrocede una pizca de ese dolor como un puñal, vengativo e intrigante, que con la más desgarradora de las intensiones me hace morir cada día.
Me hace sufrir con cada palpitar y respirar del poco aliento que lucha por subsistir en mi interior, pero que tu ausencia ha congelado en una trama intrínseca con el destino, que un vaivén de los años me hace sentir  el hombre más estúpido del universo, por no haberte dicho aquella tarde cuánto te amaba.
Carapachibey y su creador, Ramón Leyva Morales, se honran en esta ocasión con la publicación de una serie dedicada a la poesía, al amor, siempre con imágenes que apoyen visualmente el discurso poético de su autor, el joven Yasmany Sánchez de Bardet.
Un regalo para los seguidores del blog donde la fotografía es la protagonista.
Nota:
Todas las fotos de esta serie ya fueron publicadas en otros artículos de Carapachibey.


miércoles, 24 de mayo de 2017

Junto a ti

“No hay mejor lugar donde te sientas a plenitud, que estar al lado de la persona que amas”
Junto a ti quiero estar toda mi vida,
No importa lo que diga la gente, el destino, mi corazón.
Estoy decidido a entregar este amor que tengo dentro
Estoy dispuesto a enfrentar cualquier viento y tormenta, pero a tu lado.
Disfrutaré y viviré los mejores tiempos de mi vida junto a ti.
Junto a ti contaré uno a uno los desdenes del tiempo y entonces
cara a cara, nos reiremos, burlaremos la infelicidad y buscaremos ser felices por otro rumbo, otro camino, otra vía, pero quiero hacerlo junto a ti.
No importa cuán alta esté la marea, mi barco eres tú.
No importa cuánto arda el fuego en mi ser, mi agua eres tú.
No importa cuán fuerte soplen los vientos, tú eres mi refugio.
Junto a ti me siento seguro, me siento firme, me siento yo mismo.
Junto a ti, cada lágrima que derramo me hace más fuerte ante las dificultades,
cada risa es el antídoto para la completa satisfacción.
Junto a ti, todos los momentos son especiales,
no hay dolor profundo, no hay sentir inmenso, no hay caricia fría, no hay fuego, ni invierno.
Junto a ti, cada día que comienza es toda una vida de disfrute pleno e intenso.
Cada dolor es un bálsamo que te alivia,
cada sentimiento es una nueva experiencia,
cada pasaje triste del destino es un viaje eterno hacia la máxima felicidad.
Cada latido de mi corazón es un paso de avance en este peregrinar que pronto se acaba, que te agota, que te hace ir perdiendo cada vez más algo que anhelas con tesón, pero que junto a ti, pasa desapercibido, simplemente no pasa.
Carapachibey y su creador, Ramón Leyva Morales, se honran en esta ocasión con la publicación de una serie dedicada a la poesía, al amor, siempre con imágenes que apoyen visualmente el discurso poético de su autor, el joven Yasmany Sánchez de Bardet.
Un regalo para los seguidores del blog donde la fotografía es la protagonista.
Nota:
Todas las fotos de esta serie ya fueron publicadas en otros artículos de Carapachibey.

Enamórate de mí

“Si alguna vez te toca pedir un deseo, elige que te amen y te darás cuenta  que tu petición será perpetua, si viene de la persona correcta”
Enamórate de mí, no entregues tu corazón ilusionado al más oscuro abismo del olvido.
No cierres el entendimiento ante una pasión que se abre ante tus ojos.
No dejes ir tus ganas de amar a ese viaje tan largo y sin retorno del cual te arrepentirás.
No seques la cascada de tu alma y mueras de sed por jamás haber amado genuinamente.
No le quemes las alas a la felicidad que el destino impetuoso te ofrece.
No despidas con ese dolor en tu interior tantos besos y caricias que tienes para darme.
Enamórate de mí, te lo pide incesantemente un hombre deslumbrado con la sensibilidad de tu belleza y cautivado con tu dulce bondad.
No me destierres a un desierto, donde el agua de la soledad me hace morir de sed cada día.
No sientas miedo del futuro, entrégate libre en  sus manos sin tensiones.
Enamórate de mí, abraza tus sueños y mira más allá de lo que dictan tus dudas.
Observa ese horizonte y divisa aquella luz que parpadea, ese es el amor que tengo para darte, que te espera desesperado.
Enamórate de mí, pon mi alma junto a la tuya y aventurémonos en el viaje de la vida.
Enamórate de mí, sin prisa, alimentemos nuestros corazones con el susurro del tiempo y desafiemos cada segundo con el fuego de nuestra pasión.
Enamórate de mí, princesa mía, preciosa mía y deja que sea la eternidad que selle en su más intensa intimidad nuestra historia de amor.
Y si lo que puede ser, no llega a concretarse, que quede por lo menos el sentimiento que un día experimentamos y que lo vivido sea el principio de una hermosa amistad, petrificada, congelada y asesinada por un frustrado capricho y una mala pasada de la desventura.
Carapachibey y su creador, Ramón Leyva Morales, se honran en esta ocasión con la publicación de una serie dedicada a la poesía, al amor, siempre con imágenes que apoyen visualmente el discurso poético de su autor, el joven Yasmany Sánchez de Bardet.
Un regalo para los seguidores del blog donde la fotografía es la protagonista.
Nota:
Todas las fotos de esta serie ya fueron publicadas en otros artículos de Carapachibey.

Herencia de un amor que nunca llegó

A veces me pregunto en qué escondite del amor se encuentra encerrado mi corazón, o si es un juego astuto del destino que me niega el amar y ser amado. Quizás, en la batalla intensa que libran el amor, la pasión y la desventura, mi instinto se encuentra vagando como cómplice astuto del cariño,  y aliado perpetuo del sentimiento más olvidado y frío de la humanidad.
¿Se habrá congelado en las veredas del tiempo cada latido desesperado de mi corazón? ¿Integrarán mis ganas de amar las poderosas filas de los esclavos de la frialdad? ¿Será una jugada estratégica del olvido que en un acto involuntario de mi cuerpo me hace perder cada minuto de mi aliento? ¿La llama de la pasión ha sido extinguida por el invierno de la desilusión? O tal vez mi corazón ha sido condenado por el destino, a no amar, ese juez imparcial que no perdona la más minúscula falta.
No sé si estaré aferrado a esta vida. No sé cuántas cosas pasan por mi mente y llegan hasta la antesala de  mi corazón. No sé, lo cierto es que la desesperanza es mi consejera más fiel. La soledad y el desaliento invaden mi interior y me fortalecen. En un acto cada vez más violento, construyo esa frontera que me distancia más y más de ese dulce sentimiento que es el amor, y me hace anhelar con desacierto mi soledad más temprana, más tardía , más perfecta, más mía.
A veces la espera de un amor adecuado se torna tan anticuada, tan indiferente a nuestras intensas expectativas, que las alas de la esperanza van decayendo y vamos en caída libre hacia un precipicio de melancolía y desesperación y cuando menos lo imaginamos nos damos cuenta que el tiempo se ha tornado en contra nuestra y que ya no podemos hacer nada más, solo continuar la vereda de la vida.
En otras ocasiones elegimos a la persona equivocada, aquella que después de tanto esperar llega disfrazada con el alma transparente, pero lleno de faltas, de defectos, privado de toda virtud, y es ese amor que lastima nuestro corazón y nos deja vulnerable ante la realidad presente y futura de nuestra existencia. Muchas veces somos nosotros mismos ese amor hiriente, cuando tenemos a nuestro lado a la persona que da por nosotros hasta su vida, pero decidimos ignorar la felicidad que la vida nos presenta y despreciamos hasta lo sumo a esa linda persona que realmente nos ama.
En estos momentos no sé nada de la vida, del destino, de mis pasos, de mí mismo. Lo que sí sé  y es la certeza más cruel y la convicción vigente acuñada por las alas del tiempo y firmada por los testigos del pasado, que esperaba ese amor con los deseos más fervientes de mi vida, ese amor que nunca se presentó ante mí, pero que me ha dejado todo esto, una hermosa herencia, la herencia de un amor que nunca llegó.
Carapachibey y su creador, Ramón Leyva Morales, se honran en esta ocasión con la publicación de una serie dedicada a la poesía, al amor, siempre con imágenes que apoyen visualmente el discurso poético de su autor, el joven Yasmany Sánchez de Bardet.
Un regalo para los seguidores del blog donde la fotografía es la protagonista.
Nota:
Todas las fotos de esta serie ya fueron publicadas en otros artículos de Carapachibey.

martes, 23 de mayo de 2017

La Isla, su gente, sus rostros (42)

Esta serie es muy solicitada en Carapachibey por los pineros que aún viven en la Isla de la Juventud y cientos que están en el exterior.
Rostros de la gente de mi terruño y que han quedado eternizados tras el lente del amigo que ya no está, del fotorreportero Evelio Medina Rodríguez.
Captadas en el año 2002 vemos personas muy conocidas por todos los habitantes del Municipio Especial.
No daré nombres ni responsabilidad ya que se me quedarán algunos por mencionar.
Hoy los publico en el blog para si usted lo decide, los comparta con sus amistades, compañeros de trabajo, vecinos del barrio, su familia o simplemente con los protagonistas de estas fotos que desde ya quedan en la Memoria histórica.