jueves, 13 de noviembre de 2014

La Isla de los Pinos (6)

Vivir alejado de mi terruño pinero y verlo en esta hermosa serie del amigo Jaime Prendes, me remonta a los parajes de La Isla de los Pinos.
Sitio de infancia y adolescencia, de juventud y madurez, del primer beso, del descubrimiento del placer sexual cuando  la vida me vestía aún de uniforme azul.
Allí supe no solo de la primera mirada con esa intensidad que nos hace temblar sino también del verdadero amor, de ese que va más allá del momento de locura íntima, del que nos hace sufrir, esperar desesperadamente, entregarnos de cuerpo y alma y gritar de amor.
En una islita así se es capaz de amar entre lo verde, lo azul, lo anaranjado, lo negro o lo gris.
La naturaleza forma parte del pinero y de los miles de jóvenes que compartieron esos interminables parajes del territorio que me vio nacer, crecer, desarrollar y amar.