Encontré estas imágenes en los archivos
fotográficos de Evelio Medina Rodríguez
y no quise dejar de compartirlas con los seguidores de Carapachibey.
Todos los años en etapa de verano la Sierra
Sierra Caballos, o más conocida popularmente entre los pineros como La loma de
la Torre, cogen candela.
La Sierra Las Casas también ha sufrido por
las llamas del fuego, aunque con menos frecuencia.
Muchos dicen que es consecuencia del
calentamiento del mármol y la yerba seca, pero estoy seguro que detrás de ese
hecho están las manos de seres humanos, de personas que tiran colillas de
cigarro en ellas.
De niño recuerdo la loma, esa que tiene
nombre de la zona donde nací y crecí, y allí íbamos a jugar, a escalarla y
subir a la torre de televisión.
Frondosos árboles la engalanaban, verde y
copiosa vegetación que fue desapareciendo con el tiempo y ahora vemos solo la
piedra viva.
A mi mente vienen también aquellas
avionetas que desde Pinar del Río enviaban a la Isla para sofocar el devorador
fuego que nos iba dejando poco a poco con profundas huellas en esas gigantes
que abrazan a la ciudad de Nueva Gerona en la Isla de la Juventud.
Desde este modesto blog, el llamado a los
habitantes de la Isla y a los que la visitan para que cuando escalen las lomas
de mi ciudad cuiden el entorno, se preocupen por no dañar el medio ambiente,
ese que nos brinda la brisa bajo los árboles que aún quedan en los paisajes de
ese ultramarino territorio caribeño.
Carapachibey, el faro más alto de América Latina, situado al sur de la Isla de la Juventud, en Cuba.