sábado, 4 de enero de 2014

La postal que no se repetirá


   Duele su partida física, y el haber sido partícipe de una postal dedicada a los amigos del eterno fotorreportero Evelio Medina Rodríguez, deseo dialogar brevemente sobre ese hecho de espiritualidad y sencillez humana.
   Cuando llega el fin de año muchos queremos dedicar un detalle a las personas que estimamos, y sufrimos al no poder regalar un presente material.
    ¿A quién no le ha sucedido?, seguro que a todos sin duda alguna, y ahí está el “detalle”, ese cartoncito al parecer insignificante y perecedero, pero donde plasmamos el sentir nuestro por la persona a quien va dirigida.
   Lo mismo por fin de año, por el día de las madres, de los padres, de los abuelos, por el cumpleaños o el aniversario de bodas. 
   Y hablo de la postal impresa, esa que compramos en el correo o estanquillo más cercano, pero ahora la era digital nos lleva a la inmediatez no solo de la entrega, sino también de la personalización del trabajo artístico de la misma.
    No se imaginaba mi eterno amigo Evelio que esa maravillosa instantánea captada desde la azotea de su edificio allá en la ciudad de Nueva Gerona en la Isla de la Juventud, convertida en postal digital, iba a ser su despedida, su adiós a sus amigos y compañeros de trabajo.
   Ya la imagen había sido publicada en más de una ocasión en el semanario impreso Victoria, y también había ganado premio en concurso, además de convertirse en afiche de una institución relacionada con el Medio Ambiente.
    Pero la foto cobró valía al ser dedicada como despedida del año 2009, deseándonos felicidades.
    ¡No duden nunca, si tienen la posibilidad a su alcance de dedicarle una postal a las personas que quieren!, ¡Nunca sabremos si será la última y el último detalle que regalemos!, así de efímera y sorprendente es la vida porque hay que tener presente que somos mortales, hubo un comienzo y tendremos un final, el cual nadie sabe cómo, cuándo, y dónde será.
    Regale el detalle, como lo hizo por última vez Evelio, sin saberse eternizado en el sentimiento de todos los que la recibieron.