domingo, 1 de diciembre de 2013

SIDA, que el placer no sea pesadilla

   Artículo publicado en el periódico Victoria de la Isla de la Juventud, por la periodista Mirza Diéguez, por el primero de diciembre, Día mundial de protección contra el sida.
    La juventud es una etapa bella en la vida del hombre, se forjan sueños, se trazan metas, del espíritu fluyen un sinnúmero de ideas que, en ocasiones, se complementan, otras quedan en el camino, pero lo importante es tener voluntad para marchar adelante con optimismo y confianza. En efecto, cuando este periodo de la existencia humana pasa, se añora, sin embargo, en ese momento se prescinde de la experiencia, alcanzable en la madurez, y aunque tengamos cerca el consejo de los que peinan canas, generalmente hacemos caso omiso a sus sabias palabras.  

    Cuando tenemos 20 ó 30 años nos creemos dueños del universo y mantenemos actitudes negativas que, sin dudas, son rechazadas por la sociedad y, lógicamente, causa agravio en lo personal llevar una vida sexual desordenada como la que mantienen algunos jóvenes. Cierto es que amar no está limitado, es un buen sentimiento, pero todo a la medida. Parece ser que el dardo de Cupido no penetra en lo más profundo del corazón, un cambio de pareja se produce de manera tan natural que se puede comparar con la brevedad que nos toma cambiarnos de ropa.

    Para nadie es desconocido que el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) ya una pandemia y otras enfermedades de transmisión sexual, agobian a casi la totalidad del planeta azul.

   Como terrícolas al fin, los cubanos no estamos exentos de los tentáculos de ese gran monstruo, responsable de la muerte de cientos y cientos de personas las cuales están comprendidas entre 15 y 25 años.

   En el mundo entero y en Cuba se hacen campañas contra ese mal y la alerta es constante. Profesores y padres tienen un deber primordial en el tiempo que corre, su labor preventiva es necesaria al ofrecer confianza e influyendo con su experiencia en una educación sexual profunda, sin prejuicios que permitan detener la buena acción de conducir a la nueva generación por senderos más floridos.

    A diario llegan informaciones donde la cifra de los fallecidos por el SIDA son espeluznantes. Lamentable es, que todavía no se ha logrado la vacuna salvadora, lo que exige de los jóvenes un autoanálisis y un convencimiento de que la protección y un sexo seguro, son las vías acertadas.

    Hagamos nuestro cada día de la vida, no convirtamos una noche de placer en una pesadilla que sea la compañía permanente hasta el último suspiro.