De las cuatro
especies de pinos silvestres de Cuba, dos de ellas son propias de la Isla y de
Pinar del Río (endémicas de la zona occidental): Pinus tropicalis, llamado
comúnmente pino hembra, blanco o criollo y el Pinus caribea, también conocido
como macho, amarillo o criollo.
La peculiaridad del pinar tradicional de
estar asociado a otras representantes de la flora autóctona de la Patria, como
la Palma Real, expresa un simbolismo particular en relación con la unidad
florística de la región insular cubana, así como nacional en el más amplio
sentido de la palabra. Su reflejo en la sociedad está recogido en su inclusión
en el escudo local, además de presidir el gentilicio mediante el cual se
produjo el proceso de formación y desarrollo de la sociedad inicial, criolla y
cubana en el territorio.
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