Muchos de ellos no se
dan cuenta del indiscreto lente de la cámara fotográfica, no imaginan que sus
rostros están siendo vistos por miles en cualquier rincón de este planeta, pero
están aquí, a disposición de amigos, de compañeros de trabajo, de viejos
conocidos que disponen de un sitio para acudir a su gente, a su pueblo, a la
mágica Isla de la Juventud.