martes, 24 de septiembre de 2013

En Nueva Gerona, La Virgen y la lluvia


  Llegué a la Isla de la Juventud el día seis de septiembre. 

   Al siguiente fui a caminar por el Paseo Martí o Bulevar pinero para tomar otras imágenes del avance del mismo y la terminación de algunos tramos de la que fuera la principal arteria de Nueva Gerona, la popular calle 39.
   Me dirigí a la Iglesia católica para que me permitieran subir a su torre o campanario, y desde allí captar algunas tomas del naciente paseo pinero.
   Me recibió con amabilidad Sucelita, la señora que atiende al público en la institución religiosa.
    Eran pasadas las nueve y treinta de la mañana. El tiempo presagiaba una inminente lluvia, la cual hacía meses no bañaba los suelos del terruño.
   Vísperas del día de la Patrona de Cuba, La Virgen de la Caridad del Cobre o la Oshún del panteón yoruba, la Isla recibía un torrencial aguacero que me mantuvo dentro de la Iglesia casi cuatro horas. 
   Constantes descargas eléctricas caían sobre la ciudad y una de ellas dio en el pararrayos del campanario. 
   Pasada la una y treinta de la tarde, la lluvia disminuyó su intensidad y aproveché el escampón para regresar a la casa.       Me decía mi padre que yo era el hombre que vino con la lluvia, porque fueron días de intenso sol y calor durante el verano en la ínsula.
   Yo diría mejor que fue La Virgen la que le regaló a los suelos de mi tierra, esa necesaria lluvia que me acompañó durante los doce días que visité a mi familia, a mi gente.
     En imágenes, las fotos captadas desde el interior de la Iglesia de Nueva Gerona.